No son predecibles: pueden sorprender a simple vista por su exquisita presentación o por la fusión de texturas y sabores tradicionales con ingredientes poco comunes a 2.000 metros de altura. Las propuestas gastronómicas de Tafí del Valle dieron un salto de diversidad gracias al desarrollo turístico. Por un lado, los visitantes demandan variedad en la carta de restaurantes y fondas y, por el otro, quieren degustar los platos inspirados en la enraizada tradición autóctona.

"Nos especializamos en la cocina andina, pero le damos un toquecito gourmet. Por ejemplo, ofrecemos un crêpe de humita, un wok de cordero o una mousse de miel de caña. Son los mismos ingredientes regionales, pero presentados de otra manera", explicó José Catalán Manes, del restaurante El Portal de la Villa. Su carta sorprende con cremas esponjosas de frutos rojos o mango, escabeches, sorrentinos de cordero y cazuela de llama. Esos platos pueden ser maridados con vinos producidos en bodegas tucumanas.

Tradición e innovación
El "ingrediente histórico" es el plus del bar del Museo Histórico Jesuítico de La Banda. "Nosotros rescatamos la cocina originaria de esta zona. Cocinamos como lo hacían antes: rallamos el choclo a mano, servimos pan casero (ver canasta de la izquierda) y mantenemos la receta del locro tradicional (sólo lleva granos, zapallo, tripa, mondongo y carne). Lo mismo pasa con las empanadas: es la típica tucumana, con carne cortada a cuchillo y comino", comentó Liliana Pastrana, cocinera y docente tafinista. A finales de diciembre pasado, Liliana se hizo cargo del restaurante que funciona todos los días entre las 8.30 y las 18. El menú, que no supera los $ 25, consiste en un plato de sopa "de la abuela" y otro principal. Eso sí, las opciones criollas están siempre a disposición de los comensales.

Con más de 26 años en el negocio gastronómico, Marcos Gerónimo se instaló en Tafí con una propuesta muy norteña, que fue cambiando en función de las peticiones de su clientela. "Tenemos recetas con trucha del lago o con cordero de los cerros cercanos; también ravioles de salmón o ensaladas para los días calurosos. Innovamos el menú con un ensamble de comida internacional y regional", relató el propietario del restaurante Lo de Marcos.

Pero la tradición no se limita a las raíces de los valles. En Mamalú, los platos están inspirados en recetas de "doña" Lucía de Jattib. "Mi mamá nos hacía deliciosas pastas, que hoy ofrecemos como una herencia para aquel que las prueba. Y por mi padre -de origen sirio- tenemos un asadito árabe con puré de garbanzos", contó Jorge Jattib. O sea que a la mesa tafinista le sobran mundo y originalidad, para suerte de los flacos y desgracia de los rellenitos.